René Goscinny nació el 14 de agosto de 1926 en París, Francia, en el seno de una familia de origen judío polaco. Su padre, un ingeniero agrónomo, y su madre, una ama de casa, se trasladaron a Argentina cuando René tenía apenas dos años, debido a la crisis económica en Europa. Crecer en Buenos Aires influyó notablemente en su vida y carrera, sumando a su identidad multicultural un fuerte sentido del humor que más tarde se reflejaría en sus obras.
Desde temprana edad, Goscinny mostró un talento especial para el dibujo y la escritura. En su adolescencia, regresó a Francia para continuar sus estudios, donde se dedicó a la ilustración y comenzó a trabajar en el mundo del cómic. En 1945, se unió a la École des Beaux-Arts, donde perfeccionó su habilidad en el arte y desarrolló su estilo único. A lo largo de su carrera, Goscinny colaboró con varios dibujantes, lo que le permitió ampliar su visión creativa y combinar la narrativa con ilustraciones cautivadoras.
Su carrera despegó en 1951, cuando comenzó a escribir para el semanario de cómics Pilote, donde introdujo a algunos de sus personajes más icónicos. Uno de sus trabajos más famosos fue el personaje de Asterix, un guerrero galo que se convirtió en un símbolo de resistencia y humor. Junto al dibujante Albert Uderzo, Goscinny creó un mundo lleno de aventuras, personajes entrañables y sátira social, lo que les permitió alcanzar un éxito internacional. Asterix se tradujo a decenas de idiomas y vendió millones de copias en todo el mundo, convirtiéndose en un referente cultural en la historia del cómic.
- Obras destacadas:
- Asterix (1959)
- Lucky Luke (1946)
- Iznogoud (1962)
Aparte de Asterix, Goscinny co-creó otras famosas series de cómics, como Lucky Luke, que narra las aventuras de un vaquero solitario en el viejo oeste americano, y Iznogoud, un visir árabe que sueña con derrocar a su califa. Estas obras, al igual que Asterix, se caracterizan por su humor ingenioso y la crítica social, utilizando la sátira para comentar sobre la política y la cultura de su tiempo.
El estilo de Goscinny estaba marcado por diálogos inteligentes y un agudo sentido de la ironía. Su habilidad para contar historias que resonaban tanto con niños como con adultos lo convirtió en una figura influyente en el mundo del cómic. Sin embargo, a pesar de su éxito, Goscinny permaneció humilde y siempre estuvo dispuesto a colaborar con otros artistas del medio, fomentando un ambiente creativo y de camaradería.
Desafortunadamente, la vida de Goscinny se vio truncada prematuramente. El 5 de noviembre de 1977, falleció a los 51 años debido a un ataque al corazón en París. Su legado, sin embargo, perdura a través de sus obras, que continúan siendo amadas y leídas por nuevas generaciones. Tras su muerte, su amigo y socio Albert Uderzo continuó el trabajo en Asterix, asegurando que el mundo de los galos nunca fuera olvidado.
René Goscinny dejó una huella indeleble en la historia del cómic y la literatura, influyendo en numerosos artistas y escritores en todo el mundo. Su enfoque narrativo ingenioso y su habilidad para combinar humor y crítica social continúan inspirando a creadores de diversas disciplinas, asegurando que su legado viva eternamente entre los amantes del cómic y la narrativa gráfica.