Existen instrumentos malditos capaces de atraer las desgracias más funestas a quienes los tocan. Aquella música podía matar. Y ella lo sabía... La concertista de violín Ane Larrazábal, estrella rutilante de la música clásica, aparece estrangulada en el Auditorio Nacional de Madrid después de haber interpretado el Capriccio no 24 de Paganini, probablemente la obra más difícil jamás compuesta para violín. El asesino ha dejado escrita en su pecho, con sangre de la propia víctima, la palabra Iblis, que significa «diablo» en árabe. Su instrumento, un violín Stradivarius que tiene ...