Tengo el aura un poco gris

A María se le cae el mundo encima cuando su padre le dice que se trasladan a vivir a Bolivia. Un mundo desconocido que le reserva sorpresas que ella no espera. ¿Hasta qué punto el azar puede cambiar la vida de una persona? Una novela que muestra los problemas de adaptación y, también, la capacidad de superación personal.

La princesa Cucamona decide llevar a su hada madrina al colegio, así nadie podrá decirle nada... Pero cunde el ejemplo y se arma un tremendo lío que originará un sinfín de situaciones divertidas. ¿Habrá alguien capaz de poner orden en una escuela tan caótica? Un libro que combina hábilmente humor y fantasía para mostrar que, a veces, es mejor hacer las cosas por uno mismo.

Un grupo de amigos están en búsqueda de su pelota, ninguno la ha visto ni tocado y se desconoce en dónde puede estar el juguete. Van investigando hasta ver un agujero en dónde ¡por fin! La encontraron y, finalmente, también se logra a saber cómo llegó hasta ahí.

La historia de una joven llamada Laura de Calabazas, quien nunca ha visto su rostro por lo que cree que es igual a todos, hasta que tienen que ir en bus ca de ayuda para su aldea y es ahí en donde se enfrenta a las dificultades, discriminación y burlas, pero gracias a las "Tres llaves mágicas" ella puede superarlos.

Esta novela sucede en Molina, Chile, a fines del siglo XIX. Está protagonizada por don Pantaleón, un profesor que ha quedado viudo y sin hijos, y que ha perdido un poco la cordura; abandona su profesión y decide ser poeta, cambiando de actitud e incluso de vestimenta. En medio de este ambiente chileno y de campo, sucede de pronto un crimen y don Pantaleón decide trabajar arduamente en busca del culpable. Por otra parte, llega desde Talca Salustio Hernández, el comisionado encargado de resolver el misterio. Cada cual intenta encontrar la solución a su manera; el primero desde la...

Pensaba que el amor nunca me alcanzaría para destrozarme una vez más. Pensaba que nada malo podía suceder si era capaz de abstenerme, de controlar mis sentidos o cualquier cosa que pudiera contraer mis emociones. Mis sentimientos no eran más que un puñado de trapos usados tirados en la basura, pues no merecía la pena ni meterlos en la lavadora. Y entonces llegó mi final, como llega ese rocío en otoño e indica la próxima llegada de un invierno helado. Me dejé llevar por la vida en lugar de manejar mi propio timón y me dejé morir. Nadie tiene la culpa, el destino a veces se mete en ...