Nicolás Guillén, nacido el 10 de julio de 1902 en Camagüey, Cuba, fue un destacado poeta, periodista y activista político. Su vida y obra se entrelazan profundamente con la historia de su país y con las luchas por la justicia social en América Latina.
Guillén creció en un entorno donde la cultura afro-cubana era rica y variada, lo que influyó en su trabajo poético. Su padre, un destacado músico y compositor, y su madre, una educadora, proporcionaron un ambiente estimulante que fomentó su amor por la literatura y el arte desde una edad temprana.
Después de estudiar en la Universidad de La Habana, Guillén comenzó a trabajar como periodista. En 1928, se unió al movimiento de oposición contra el dictador Gerardo Machado, lo que lo llevó a enfrentarse a la represión del régimen. En este contexto, su poesía se tornó política y social, reflejando las luchas del pueblo cubano y sus raíces afro-cubanas.
Su primer libro de poesía, “Canto negro”, publicado en 1937, introdujo un nuevo estilo que fusionaba ritmos africanos y elementos de la música popular cubana. Este trabajo le valió el reconocimiento como un pionero en la poesía afro-cubana y contribuyó a la reivindicación de la cultura negra en Cuba. A través de su poesía, Guillén abordó temas como la identidad, la desigualdad social y la lucha contra la opresión.
Durante la década de 1930, Guillén se convirtió en un activo defensor de los derechos de los trabajadores y participó en la creación de organizaciones que promovían la justicia social. A medida que el contexto político de Cuba cambiaba, su obra también se adaptaba, manteniendo un compromiso constante con la lucha por la libertad y la igualdad.
En 1947, Guillén publicó “Motivos de Son”, una de sus obras más reconocidas, que consolida su estilo único y su enfoque en la cultura popular. Este libro es un homenaje a la herencia africana en la música y la poesía cubana, y está lleno de ritmos y sonoridades que reflejan la vida cotidiana de los cubanos. Guillén logró, con esta obra, captar la esencia de la vida afro-cubana, mezclando el amor, la lucha y la identidad.
Guillén también fue un gran defensor de la Revolución Cubana de 1959. Tras el triunfo de la revolución, ocupó varios cargos importantes, incluyendo el de embajador de Cuba en Francia y presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Su compromiso político se mantuvo firme, utilizando su voz y su pluma para abogar por los derechos humanos, la igualdad y la paz en el continente americano.
A lo largo de su vida, Guillén recibió numerosos premios reconocidos internacionalmente, incluyendo el Premio Nacional de Literatura en 1966, y fue postulado para el Premio Nobel de Literatura. Su influencia se extiende más allá de las fronteras de Cuba; su poesía ha sido traducida a varios idiomas y ha inspirado a generaciones de escritores y activistas en todo el mundo.
Nicolás Guillén falleció el 16 de julio de 1989 en La Habana, Cuba. Su legado perdura en la rica tradición literaria cubana y en la memoria de aquel pueblo que luchó por su libertad y justicia. Su obra sigue siendo un referente en la literatura latinoamericana, recordándonos la importancia de la identidad cultural y la lucha por la igualdad.
Hoy en día, su poesía continúa resonando y recordando a las nuevas generaciones la importancia de la resistencia cultural y política. A través de sus versos, Guillén nos invita a reflexionar sobre nuestra identidad y la riqueza de la diversidad que nos rodea.