Ya tengo mascota

La obra de ficción de Guillermo Jiménez es prácticamente imposible de conseguir, el lector común o el estudioso de la literatura se enfrenta a esta carencia que ni la panacea de internet puede solucionar. Exceptuando un volumen que publicó la UNAM, otro par a cargo del Archivo Histórico de Zapotlán el Grande, por cierto con escasa o nula distribución en las librerías, y una novela corta en la web, sólo se puede constatar la existencia de la obra de este zapotlense por referencias bibliográficas especializadas. Ante esta realidad el Centro Universitario del Sur y la Editorial...

En el campo de la crítica y la teoría literaria sucede que un replanteamiento estético o epistemológico lleva a iluminar bajo un nuevo foco las aproximaciones críticas a obras consagradas y a propiciar, por tanto, revisiones y movimientos en el canon, así como una transformación de la noción misma de literatura, y de los límites y de las prácticas a ella vinculadas, tal como se muestra en el presente volumen.

A Grace lo que más le gusta del Palacio de la Perla son las clases. Tienen, por ejemplo, clase de Ranas y cómo saber si están encantadas o clase de Objetos Reales. Este curso, además, visitarán la Exposición de Instrumentos Musicales del rey Rodolfo. Entre todos hay uno muy especial: el ruiseñor de oro... Y tendrán oportunidad de conocer al príncipe Georgio.

Tras la "justificación" del editor, se incluye: "Todos los textos posibles de Gerardo", por Concepción Argente, "Gerardo Diego y su cantar místico" por Dámaso Chicharro, "La poesía jocosa de Gerardo", por F.J. Díez de Revenga "La recepción mística de Gerardo" por Genara Pulido y "La poesía taurina de Gerardo" por G. Torres Nebrera.

Una inteligente reflexión sobre el presente y el futuro de América Latina, ganadora del II Premio Debate-Casa de América. «Fue en España, para ser más preciso en Salamanca, apabullado por las centenarias piedras de Villamayor, frente a las severas estatuas de fray Luis de León y Unamuno, o al menos ante sus nombres inscritos en camisetas, afiches y llaveros, donde descubrí que yo era latinoamericano. Acababa de cumplir veintiocho años y hasta entonces había vivido en México, donde jamás fui consciente de esta condición y donde nunca tuve la fortuna o la desgracia de toparme con...