Charcos de amor y barro

Mirín vive en un mundo mágico, en el que se reciben todos los sueños de los seres humanos. Estos sueños se transforman en pensamientos y se mandan de vuelta a la Tierra. Mirín es recolector de sueños de niños felices, pero un día le cambian de sala de trabajo, y entonces descubre la existencia de niños tristes, lo cual pondrá totalmente "patas arriba" todas sus ideas sobre el mundo de los humanos.

Un hombre contesta estas preguntas investigando sobre su familia y va tan atrás en el tiempo como puede. Encuentra que su tatarabuelo fue condecorado por Benito Juárez, por combatir en las guerras de Reforma. A bordo de una especie de nave del tiempo, da cuenta de las penas y alegrías de sus parientes; de cómo su abuela Emilia saca adelante a sus hijos después de quedar viuda, y de cómo sus ideas y convicciones modelan una vida independiente y autónoma.

Los planes de Cristóbal no salen como él quiere, por lo que la frustración crece en él. Su familia le enseña a pensar antes de actuar impulsivamente y a darle valor al hecho de ofrecer disculpas.

"Beau era el chico malo de la ciudad y yo la chica buena. Se suponía que no debía ocurrir." Beau Vincent es maleducado y peligroso, el típico chico malo. Entonces, ¿por qué la buena de Ashton, que tiene en Sawyer al novio perfecto, no puede evitar sentirse irresistiblemente atraída por él?