Indra Devi, nacida como Indra Devi Sadhana el 28 de mayo de 1899 en Riga, Letonia, es recordada como una de las pioneras del yoga en Occidente y una figura clave en la difusión de las prácticas de la India en el mundo occidental. Desde joven, mostró un interés por las artes y la espiritualidad, lo que la llevó a una búsqueda de autoconocimiento y desarrollo personal.
A los diecisiete años, Indra se trasladó a San Petersburgo, donde comenzó a estudiar teatro y danza. Su pasión por la interpretación la llevó a conocer a varios artistas y pensadores de la época, pero su vida dio un giro significativo cuando asistió a una clase de yoga en 1920. Este encuentro fue el inicio de su profunda conexión con el yoga, que cambiaría no solo su vida, sino también la de miles de personas en todo el mundo.
En la década de 1920, Indra Devi se trasladó a la India, donde se unió a la escuela de yoga de Krishnamacharya, un maestro que eventualmente influiría en muchos de los yoguis más famosos del siglo XX. Aquí, desarrolló su práctica y su filosofía del yoga, integrando sus conocimientos en danza y teatro, lo que hizo que su enfoque fuera único y accesible.
En 1932, Indra Devi abrió su primer estudio de yoga en Chennai, India. Se destacó por su habilidad para enseñar a personas de diferentes culturas y antecedentes, lo que la llevó a ganarse la reputación de ser una de las mejores instructoras de yoga de su tiempo. En su estudio, atraía a estudiantes no solo de la India, sino también de otros países, incluidos algunos que más tarde se volverían influyentes en el mundo del yoga.
Un momento crucial en su carrera ocurrió cuando decidió viajar a Occidente. En 1939, Indra se mudó a Estados Unidos, donde rápidamente se adaptó a la vida en Los Ángeles. Su carisma y energía atrajeron la atención de muchas celebridades y buscadores espirituales que estaban interesados en el yoga. Entre sus estudiantes se encontraban actores y actrices, lo que ayudó a popularizar aún más las prácticas de yoga.
Con el tiempo, Indra Devi publicó varios libros sobre yoga, incluyendo The Yoga of Life y Yoga for Americans, donde compartió su visión sobre la práctica y sus beneficios. Estos textos se convirtieron en referencias para muchos que buscaban una guía sobre el yoga y su aplicación en la vida cotidiana.
Indra también fue una de las primeras instructoras que incorporó el enfoque físico y mental del yoga en un contexto más accesible y práctico, ayudando a muchas personas a comprender que el yoga no solo era una práctica física, sino también una herramienta poderosa para el autoconocimiento y el bienestar emocional.
A lo largo de los años, Indra Devi se dedicó a enseñar yoga en todo el mundo, estableciendo escuelas y colaborando con otros maestros. Su enfoque inclusivo y su capacidad para conectar con personas de diferentes orígenes la convirtieron en una figura respetada y admirada en la comunidad de yoga.
Indra Devi continuó enseñando hasta una edad avanzada, y su legado sigue vivo en las prácticas de yoga actuales. Falleció el 25 de abril de 2002 en Argentina, a la edad de 102 años, dejando un impacto perdurable en el mundo. Su vida y trabajo continúan inspirando a nuevas generaciones de yoguis y entusiastas del bienestar.
El legado de Indra Devi es un testimonio de la intersección entre la cultura oriental y occidental, y su enfoque humanista del yoga ha ayudado a desmitificar prácticas espirituales, haciéndolas accesibles a una audiencia global.