¡No me hables en ese tono!
En la adolescencia aparece con frecuencia un brusco cambio en el tono y en la forma de dirigirse a los adultos en general y a los padres en particular. Decimos que el niño "responde" a sus padres, les replica, da portazos, etc. Esas pequeñas manifestaciones de independencia no tienen, en principio, nada de alarmantes, pero si el adolescente no recibe la pauta de comportamiento adecuada, puede pasar a otra fase en la que aparezcan los insultos o las injurias. Por ello, es necesario reaccionar a tiempo *A menudo, esta actitud tiene sus raíces en la infancia. Un niño que impone su ley a los...