Morder el hielo

A medida que pasan los años, tendemos a ver los cambios no voluntarios con miedo, como si se avecinara una tormenta de consecuencias imprevisibles. Cuando nos ofrecen una nueva oportunidad profesional, le damos mil vueltas, valoramos repetidamente los pros y los contras, consultamos con nuestros amigos y familiares, siempre buscando, en el fondo, la opinión o el motivo que nos haga tirar adelante. Necesitamos que alguien nos confirme que estamos procediendo de manera responsable. Todo cambio implica un reto, enfrentarse con situaciones o circunstancias inesperadas. Morder el hielo implica...