Sonetos
A tientas y fragmentariamente, cada soneto es una descarga de fulgor o de sombra, una discontinuidad del conocimiento que busca su unidad a ráfagas, a sacudidas lúcidas y a veces dolientes. Porque el hombre es esencialmente Tiempo, y la poesía se presta mejor que la prosa, por su carácter fragmentario, a expresar la temporalidad del existir humano, su Estar dinámico en un espacio y tiempo construidos y vividos intermitentemente hasta la muerte. Ferreras huye de la tramposa comodidad del Ser, con mayúsculas, de la solidificación de un espíritu que no duda, temeroso de la imperfección...