Humo y espejos
El hombre en mi oficina tenía un secreto oscuro, un secreto por cual valía la pena matar. Ese hombre era Tony Ryland, esposo de una madama local, María de Costa. Desgraciadamente para mí, la verdad y la justicia, Tony Ryland estaba muerto. ¿Qué hacía Ryland en mi oficina? ¿Quién lo había asesinado? ¿Cuál era la naturaleza de su oscuro secreto? El rastro llevaba a la esposa de Ryland, María de Costa, a su red de prostitutas y clientes. Las preguntas llevaban a respuestas evasivas y a más muertes. Alguien quería enlodar las aguas, distorsionar la verdad, enterrar el secreto junto ...