La virgen de al lado
Un mujeriego, una chica poco delicada y un exconvicto. No podrían tener más diferencias. ¿Cuál es el único lugar donde todas esas diferencias desaparecen? En el dormitorio. —Entremos —dijo Liam, tomando la llave tarjeta del hotel a la cual Calla se aferraba. Ella lucía confundida hasta que Liam dirigió su mirada a Mack y añadió—: Todos. Calla abrió sus ojos, sorprendida, y abrió ligeramente su boca. Pero al abrir la puerta, entró y la mantuvo completamente abierta. Como invitación. M*ldito. Mack lo sentía en su pecho y en sus testículos: el deseo. Ella no entiende la...