Caminos de Alegría
Nuestros hijos crecen en un mundo pluralista, donde ser o no católico y pertenecer o no a la Iglesia no juega un papel relevante. Se convive con agnósticos y creyentes de los más variados credos; con ateos y con católicos que dicen creer en Dios, pero no en la Iglesia, o que sustentan, sin mayor problema, posiciones diversas a las que propone el Magisterio. Hace ya tiempo que la cristiandad desapareció de nuestro horizonte cultural. El estilo de vida, las costumbres y la mentalidad reinante no conforman una atmósfera que ayude a cultivar la fe. Todo ello nos invita a repensar nuestro...