La parábola de los pájaros cantores
Desde muy antiguo, trinos y alas han impresionado al ser humano como símbolos de aquello a lo que aspira: música y libertad. “La inspiración profunda e interna -escribe Ernst Jünguer- de la vida que llamamos cultura, con sus fenómenos en los que se entremezclan amor, arte y admiración, no se encuentra mejor preformada en ningún reino de la naturaleza que en el de los pájaros”. A ellos les debemos, ante todo, el beso; luego el nido, el sentido de compañerismo y de familia y, por fin, la danza y el canto. Mucho antes de que un rey erigiera el Taj Mahal para su amante, los...