El honor es una mortaja
Un rumano asesinado con el cubo de una fregona; un inmigrante muerto que no importa a nadie, salvo al hombre que ha querido arrebatarle la vida y al policía que habrá de ocuparse del caso. Al primer cadáver le seguirá el de un cómplice, ambos crímenes unidos en apariencia por el mismo asesino, torpe pero resuelto. El inspector Herodoto Corominas tira del hilo hasta un atraco ocurrido dos años atrás. El asunto se torció y acabó con una mujer y su hijo de un año muertos, y con un marido amnésico, condenado a olvidar quién fue. Hubo dos sospechosos, pero los testigos no se pusieron...