La chica de los colores
Celeste era una chica con una discapacidad a quien, a raíz de un accidente, le habían amputado ambas piernas a la edad de diez años. Gracias al apoyo de su familia —en especial al cariño y confianza que le brindó su abuelo—, fue capaz de superar los momentos difíciles causados por la adversidad. Encontró entonces en el arte, y específicamente en la pintura, una forma de liberar su alma, de volar a los rincones a los que físicamente no podría llegar. Así, entre cuentos infantiles y sirenas, fue capaz de crecer y convertirse en una mujer hermosa, talentosa y, sobre todo,...